Pelea de gallos


Las peleas de gallos, como toda actividad ilegal, se llevan a cabo de forma sorpresiva. Estas peleas terminan cuando uno de los animales muere o ambos. El “foso” donde se realizan no permite que los animales escapen, por lo que, a pesar de haber sido criados para pelear, muchas veces deben continuar a pesar de estar cansados o malheridos.
Los espectadores apuestan grandes cantidades de dinero. El dueño del gallo ganador suele recoger una buena suma, por lo que muchos administran a los gallos esteroides y anfetaminas para que peleen más duro. También sucede que, para que la pelea sea más espectacular y los animales terminen de pelear más rápido, se equipe a una o ambas aves de espolones metálicos cortantes, u otros artilugios que hieran más profundo y terminen más rápido con el contendiente.
La pelea no termina hasta que uno de los dos gallos muera o este cerca de morir. Los gallos perdedores son comúnmente descartados en contenedores o basureros cerca del foso, incluso aun cuando siguen con vida. Hay quienes defiende estas peleas como parte de un “deporte tradicional y honorable”, con reglas, rituales y unos animales a los que se ha criado “con cuidado y mimo” hasta el día del enfrentamiento.
Perfil de los participantes: Según los informes psicológicos de que disponen algunas protectoras de animales, el perfil de los participantes en estos lamentables espectáculos, corresponde en general a “individuos con trastornos de personalidad de distintos tipos, desde psicopáticos muy agresivos a personas con graves complejos de inferioridad”.
Las peleas de gallos deben detenerse porque imponen una cruel y violenta muerte sobre inocentes animales, y dañan la salud mental de los niños que las presencian.








Información:
http://www.peta.org/issues/animals-in-entertainment/cockfighting.aspx
http://www.animanaturalis.org/p/605






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